Los campamentos urbanos Sunset Campus, de la Fundación Cajasol, acaban de cerrar sus puertas tras ofrecer un mes de actividades y diversión a los 90 niños participantes de toda Andalucía, con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años. En la edición de 2019 han participado menores de San Juan de Aznalfarache, Huelva y Cádiz, a los que se les ha ofrecido juegos, talleres de manualidades, visitas culturales, excursiones y trabajos en grupo, entre otras opciones.
Uno de los principales retos de Sunset Campus ha sido que los participantes disfruten del tiempo libre conviviendo y compartiendo con el resto de los participantes, algo con lo que se pretende minimizar el aislamiento que propician los juegos electrónicos individuales y el abuso de las nuevas tecnologías.
La principal novedad de esta edición ha sido el taller de Educación Financiera, impartido por los expertos en asesoramiento financiero y pedagogía Francisco Martín y Aida del Valle. Las jornadas han consistido en juegos y análisis de situaciones para que los niños tomen conciencia de la importancia que tiene el ahorro y para que empiecen a diferenciar entre objetivos accesorios y necesidades, algo que se les ha hecho ver de manera amena, a través de casos prácticos y de trabajos en grupo que han buscado que los participantes vayan adoptando sencillos cambios de hábitos en sus rutinas diarias
Junto a esta actividad se han desarrollado también otras que han trabajado la solidaridad de los participantes, la integración y el respeto hacia otras culturas, y también se han fomentando valores como el compañerismo y el trabajo en equipo a través de dinámicas, tareas y juegos veraniegos. Propuestas originales, dentro y fuera del agua, con las que los alumnos han recuperando costumbres saludables cada vez más difíciles de mantener en su día a día, alejados de los teléfonos móviles, videojuegos y televisión. Experiencias que les han hecho comprobar que compartir confidencias entre amigos, practicar deporte o realizar manualidades al aire libre pueden ser experiencias muy enriquecedoras y gratificantes. Pero sobre todo, Sunset Campus ha buscado ser un oasis en pleno verano para los participantes y para sus familias, de recursos muy limitados, a las que se ha querido ayudar a conciliar.