La Guardia Civil comenzó a investigar los hechos denunciados por un vecino de Bormujos. Al parecer sucedieron en un camino rural por el que paseaba con dos perras que tiene acogidas desde que se disolvió una sociedad protectora de animales. De repente escuchó dos detonaciones e incluso pudo notar el paso de un proyectil cerca de su pierna. Entonces, asustado, comenzó a llamar a los animales, que no acudieron. Cuando se acercó al lugar, los dos animales yacían muertos en el suelo. En ese momento pudo ver a un hombre que portaba una escopeta de dos cañones que salíó de entre unos matorrales del olivar y se dirigió rápidamente a un vehículo todoterreno y partió en dirección a Bormujos. El denunciante aportó en su denuncia las características del sospechoso y su vehículo.
La Guardia Civil inspeccionó el lugar de los hechos, observó a los dos animales abatidos y recogió un cartucho cerca de cada uno de los cuerpos. También localizó una especie de chozo donde posiblemente se ocultaba y desde el que habría disparado antes de huir. Posteriormente los perros fueron trasladados para que un facultativo veterinario les practicase la autopsia.
Tras completar sus investigaciones, la Guardia Civil consiguió identificar a un vecino de Bormujos de 69 años, que posee licencia de varias escopetas de caza y cuyo vehículo coincide con el que vió la víctima. Las armas fueron intervenidas para su análisis. Una vez que se tuvo la autopsia de los dos perros, los proyectiles encontrados en los cuerpos resultan haber sido disparados por una de las armas. Por todo esto se detuvo al sospechoso, un cazador que supuestamente disparó por diversión.
Al detenido se le imputa un supuesto delito de Maltrato a Animal Doméstico.
