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Viernes, 31 Octubre 2014 10:35

Prevenir el ictus es posible Destacado

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El Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral CRECER reparte folletos con su protocolo cerebro-saludable con motivo del pasado Día Mundial del Ictus

El pasado miércoles 29 de octubre, el Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral CRECER se sumó a las acciones de concienciación que tuvieron lugar con motivo del Día Mundial del Ictus. Los resultados obtenidos por los pacientes con ictus tratados en este centro, y que han sido publicados en revistas internacionales prestigiosas en el sector, ponen de manifiesto que la rehabilitación siempre es posible y que cuanto antes se comienza a rehabilitar, mejores y más rápidos son los resultados que se obtienen. CRECER es en la actualidad un punto de referencia especializado y con experiencia en el conocimiento, prevención y tratamiento del ictus en Andalucía, en España y a nivel internacional.

Entrevistamos a la Doctora Mª del Rosario Domínguez-Morales, directora médico del Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral CRECER (Sevilla) y al catedrático de neuropsicología de la Universidad de Sevilla, al profesor José León-Carrión.

Dra. Domínguez y profesor León-Carrión ¿Qué es un ictus?

La palabra ictus ha sido conocida siempre como apoplejía, una palabra griega que significa pérdida repentina de la capacidad de moverse o de sentir.

¿Los ictus son considerados como accidentes?

Antiguamente un ictus era un accidente cerebrovascular, nombre que ya no se usa porque el ictus no es un accidente, tiene siempre una causa reconocible, y se puede prevenir.

¿Podríamos afirmar que todos los ictus son iguales?

Un ictus es un síndrome clínico que se desarrolla rápidamente y hace referencia a aquellos pacientes que han tenido una embolia o una trombosis cerebral. La embolia se produce porque un embolo o tapón está impidiendo el paso de la sangre al cerebro. La trombosis se origina dentro del vaso sanguíneo, generalmente por acumulación de colesterol, reduciendo su grosor hasta poder, incluso, llegar a cerrarla. Tanto la embolia como la trombosis están producidas por coágulos en la sangre, pero en la trombosis los coágulos no se desplazan del lugar donde se han formado mientras que en la embolia los coágulos pueden proceder de otro lugar. El ictus se caracteriza por una pérdida aguda de funciones cerebrales focales o globales que dura más de 24 horas o que conduce a una muerte temprana. Los ictus normalmente, también pueden deberse o a una hemorragia espontanea en la sustancia cerebral o a un inadecuado aporte sanguíneo al cerebro (isquemia).

¿Cómo puede afectarnos un ictus?

Cuando ocurre un ictus, se afectan las funciones cognitivas o comportamentales responsables asociadas a esas zonas cerebrales. Por ejemplo, puede afectar al habla, un ictus que afecte a las áreas cerebrales números 44 y 45 va a hacer que el paciente entienda lo que le dicen pero no podrá articular correctamente las palabras que quiera decir; no va a poder hablar, sufrirá lo que se denomina una afasia expresiva. Si el ictus se da en las áreas cerebrales 39 o 40, el paciente va a poder hablar pero no va a entender lo que le dicen, y sufrirá una afasia receptiva.

Además de afectar al lenguaje o al habla, ¿puede afectar a otras áreas de nuestras vidas?

Los síntomas neurológicos y neuropsicológicos más importantes de un ictus son: trastornos motores, síntomas sensoriales y vestibulares, y síntomas o trastornos cognitivos, comportamentales y emocionales.

¿Podemos decir que los efectos de los ictus son para siempre?

Los ictus pueden ser pasajeros, se les llama ataques isquémicos transitorios y afectan cada año a 50 personas de cada cien mil. La incidencia de nuevos casos de un primer ictus se estima alrededor de 200 casos anuales por cada cien mil personas. El ictus es la tercera causa más común de muerte, después de los ataques al corazón y de todos los tipos de cáncer, y es la causa simple más importante de producir una enfermedad grave.

¿Las personas ancianas pueden sufrir un ictus?

La incidencia del ictus aumenta rápidamente con la edad. Mientras la cuarta parte de los casos se dan en personas por debajo de 65 años, alrededor de la mitad se da en personas por debajo de los 75. Hombres y mujeres tienen una afectación más o menos por igual. Sin embargo lo estamos viendo cada vez más en chicos jóvenes y en personas de menos de 50 años. Aparte de factores genéticos, la alimentación y, en cierta medida, el estilo de vida, juegan un papel importante en la prevención de un ictus.

¿La dieta es importante en su prevención y en su tratamiento?

La comida mediterránea se ha demostrado saludable para el cerebro. Las actuales dietas rápidas, con su fuerte componente en grasas y en azucares, es una fuente de provocar ictus en personas vulnerables o con antecedentes familiares. Los ataques isquémicos son más frecuentes una hora o dos después de levantarse por la mañana. Es raro que se den durante el sueño y parecen darse más durante los días fríos.

Entonces, ¿cuáles son los factores que debemos controlar para no tener un ictus?

Hay factores de riesgo de sufrir un ictus que se pueden modificar y otros que no. La hipertensión aumenta en tres veces el riesgo de sufrir un ictus en hombres y el doble en las mujeres. El fumar tabaco aumenta la incidencia de ictus en un 40% en los hombres y en un 60% en las mujeres, independientemente de la edad. La edad es el factor predictivo más fuerte de sufrir un ictus; mientras hay un 5% de riesgo de sufrirlo en personas entre 55 y 59 años, ese riesgo llega hasta casi un 25% en las que tienen entre 80 y 84 años de edad. El riesgo de morir por un ictus en una persona joven (menor de 45 años) es bajo: menos de 10 muertes por cada 100 personas.

¿Quiénes tienen más posibilidades de sufrir un ictus: los hombres o las mujeres?

Los hombres tienen más riesgo que las mujeres de tener un ictus y de morir de ello: hay un 30% más en hombres que en mujeres, aunque en las últimas décadas de la vida, las mujeres sobrepasan a los hombres en número y porcentajes de ictus. En la actualidad existen las Unidades de Ictus (UI) que mejoran notablemente la asistencia sanitaria de estos pacientes que reducen la mortalidad y las secuelas de la enfermedad.

Todo el mundo teme hoy sufrir una demencia, ¿tienen algo que ver los ictus con estas demencias?

Los pacientes con ictus pueden desarrollar una demencia vascular, generalmente debido a los infartos cerebrales embólicos repetitivos que sufren, y que pueden acabar produciendo una demencia multi-infarto. De ahí la importancia de la prevención. El ictus también puede causar depresión y deteriorar las funciones cognitivas aunque no haya demencia multi-infarto. Los déficits cognitivos de los pacientes con ictus deben ser tratados con rehabilitación neuropsicológica, independientemente de la edad del paciente. La mejoría de estos paciente es siempre posible con el tratamiento especializado adecuado.

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