El gasto en gasolina supone siempre uno de los quebraderos de cabeza de todo conductor. A veces el exceso de consumo viene provocado por una serie de hábitos que podemos creer son beneficiosos para el coche, pero en realidad inciden notablemente en el gasto en combustible. Por esta razón, cabe preguntarse de qué manera podemos ahorrar gasolina en el coche.
Estado de los neumáticos
El estado de los neumáticos no solo incide en la seguridad del vehículo, sino también en el consumo de gasolina. No en vano, diferentes estudios cifran en más del 20% el consumo de carburante motivado por la resistencia al avance del vehículo que provocan las ruedas. Una resistencia que se cataloga desde la A a la G, siendo la primera la que menos freno supone para el vehículo.
Entre el mejor y el peor resultado de adherencia a la rodadura se puede ahorrar hasta un 7,5% de combustible. Por tanto, en muchas ocasiones será necesario el cambio de neumáticos para disfrutar tanto en seguridad vial como en ahorro.
Precisamente, si se requiere el cambio de neumáticos el conductor puede dirigirse a Oponeo. Una empresa de venta de neumáticos que ofrece la atención adecuada para poder elegir fácilmente las ruedas correctas y más adecuadas para el coche.
En este sentido, otro aspecto a tener muy en cuenta es la alineación y balanceo del coche, un factor importante y fundamental para el ahorro de gasolina.
Velocidad uniforme
La mejor manera de ahorrar combustible es mantener una velocidad uniforme en el coche. Es muy recomendable que no se rebase la velocidad máxima permitida y mantener una correcta separación de seguridad para evitar frenazos, acelerones y cambios de marcha que provocan malgastar gasolina.
Si se desea reducir la velocidad, lo mejor es dejar que el vehículo baje con la marcha sin pisar el freno. Lo ideal es frenar de forma suave y reduciendo la marcha lo más tarde posible. Circular en punto muerto, por ejemplo, supone un consumo de 0,5 - 0,7 litros por hora.
El aire acondicionado
El aire acondicionado es un elemento del coche que viene muy bien cuando en el interior del vehículo hay exceso de calor o de frío. Sin embargo, su uso innecesario puede aumentar el consumo de gasolina hasta en un 15%. No obstante, y debido a la resistencia del aire, abrir las ventanillas también puede suponer un consumo de combustible elevado.
Cambio de marcha
En la medida de lo posible, hay que circular en las relaciones de marcha más largas y a bajas revoluciones para reducir el consumo de gasolina. Por tanto, hay que ir por encima de la cuarta marcha. Esto se visualiza mejor de la siguiente manera, dependiendo del tipo de motor:
Coche diésel: habrá que subir marcha entre las 1.500 y las 2.000 rpm
Coche de gasolina: subir marcha entre las 2.000 y las 2.500 rpm
Al mismo tiempo, también habría que retrasar lo máximo posible las reducciones de marcha en las subidas. Para ello, se incrementa la presión sobre el acelerador, pero sin llegar a pisarlo a fondo.
Reducir cargas
Según el RACE (Real Automóvil Club de España), conducir con 100 kilos de más supone un aumento del consumo de carburante del 6%. Una cifra que puede traducirse en un desembolso económico importante si se trata de realizar un viaje largo. De ahí que resulta conveniente cerciorarse de la cantidad de equipaje o de carga que se lleva en el vehículo.
No pisar el acelerador al arrancar
La tecnología actual de los coches, gracias a sus motores de inyección, permite arrancar el vehículo solo con activar el contacto. Uno de los hábitos que se suele tener entre los conductores y que gasta gasolina es el de pisar el acelerador al arrancar. Sí se puede, en los casos en los que el coche disponga de botón de arranque y apagado, pisar el embrague o el freno.
Por regla general, los acelerones, frenazos y cambios bruscos de marcha consumen gasolina, de ahí que se deban evitar en la medida de lo posible. Por cierto, también habría que señalar el hecho de solo utilizar la primera al arrancar.
Las curvas
La forma de tomar una curva incidirá en el ahorro de gasolina del coche. Al aproximarse a una de ellas, no hay que frenar bruscamente. Lo correcto será reducir la velocidad levantando el pie del acelerador y dejando rodar el coche con la inercia de la marcha que lleve en ese momento.
Dentro de la curva hay que mantener una aceleración uniforme y acorde al trazado. Nunca se debe frenar en mitad de la misma.
Las paradas prolongadas
En este tipo de paradas, superiores al minuto, lo más recomendable es apagar el motor. El consumo de gasolina con un motor al ralentí es de 0,5 - 0,7 litros por hora.