Las franquicias inmobiliarias son una alternativa a contemplar para los emprendedores que deseen iniciarse en este modelo económico de manera autogestionada o como trabajadores a su cargo. Para quienes piensan que crear un negocio en el sector inmobiliario no es seguro a causa de los antecedentes recientes está totalmente equivocados, pues con el desarrollo económico que hemos experimentado en los últimos diez años las franquicias inmobiliarias se han fortalecido hasta el punto de situarse en una posición privilegiada.
Situación del sector inmobiliario en España
El sector inmobiliario en España está experimentando una fase de recuperación destacable después de los duros años de descenso económico que han tenido lugar desde la crisis financiera del año 2008. El Banco de España ha anunciado abiertamente este acontecimiento en su último informe de economía española, de modo que estamos ante un fenómeno real sin lugar a dudas. El mercado de la vivienda avanza hacia una recuperación evidente y sin freno a la vista. El año pasado, 2017, se vendieron más de 470.000 viviendas suponiendo un aumento del 15%. Esto representa el nivel más elevado de ventas en el sector inmobiliario desde que estalló la crisis en el 2008.
El crecimiento en cuestión se centra en viviendas de segunda mano, suponiendo un 70% del total de todas las ventas; el 30% restante se trata de pisos nuevos. En términos generales, es evidente que se está experimentando un crecimiento sostenible en el sector apoyado por las entidades bancarias que están comenzando a mostrar cierta confianza por este desarrollo económico. El pronóstico afirma que el crecimiento se va a mantener de manera progresiva hasta alcanzar cifras más elevadas fomentando la creación de franquicias en el sector.
Crecimiento de franquicias en el sector inmobiliario
Las agencias inmobiliarias son actualmente uno de los sectores en pleno crecimiento en cuestión de creación de franquicias. Se están generando de este modo más redes, más unidades, y, en consecuencia, más empleo. Los datos confirman este auge que el sector está experimentando, pues en los últimos dos años el número de personas que han creado una franquicia en esta área se ha multiplicado por tres. Gran parte de estos franquiciados se han incorporado al mercado empresarial con un alto grado de profesionalización y competencias financieras más que suficientes para reflotar el estado de las franquicias inmobiliarias.
En el pasado año se generó una facturación inesperada por parte de las franquicias de este sector, pues ha superado los 300 millones de euros generando más de 10.000 puestos de trabajo. El año 2017 ha sido clave para consolidar el aumento de este tipo de negocios llegando a fortalecer las redes de las franquicias que existen en el sector. También se han creado nuevas franquicias procedentes de otras marcas desconocidas que han experimentado un crecimiento igual de destacable que las ya conocidas.
Las previsiones para este año son esperanzadoras, pues los negocios del sector inmobiliario consideran que esto solo es el comienzo de la recuperación, en los próximos años se esperan subidas mucho mayores. Empresas como Re/Max, Engel & Völkers y Don Piso son destacadas en el sector a causa de una previsión más que positiva en su ejercicio y trabajo constante para incrementar su presencia en el mercado. Aunque estas agencias inmobiliarias ya tienen un hueco destacable y respetado en el sector, han aparecido nuevas empresas como Solvia que vienen pisando fuerte ofreciendo un plan de actuación ambicioso.
Vivimos un momento en el que el mercado crece y se recupera en distintos escenarios aportando una gran variedad de opciones al emprendedor que desea crear una franquicia. Este tipo de negocio parece aportar más confianza al empresario al apostar por una empresa que ya es reconocida o que al menos ya tiene cabida en el mercado financiero. Sin embargo, depende del tipo de inversión que se realice para poner en marcha el negocio, así como el público al que se dirige.
Si analizamos el mercado actual existe un grupo de agencias inmobiliarias ya reconocidas en las que la inversión media para crear una oficina está por encima de los 120.000 euros. Aunque la renta necesaria es bastante elevada, el volumen de facturación cada año alcanza los 400.000 euros, recuperando lo invertido con creces. Sin embargo, las inversiones con mayor concurrencia son las consideradas de ¨gama media¨ con cifras que rondan entre los 40.000 y los 60.000 euros. Su facturación anual es de alrededor de unos 150.000 euros.